En obediencia al mandato en Mateo 28:19-20, junto a mi esposa hemos decidido atender el llamado de nuestro Señor Jesucristo en el municipio de Arcatao, Nueva Trinidad y San José las Flores.
Afirmamos que, de acuerdo con las Escrituras, el bautismo bíblico es sumergiendo a la persona bajo el agua.
Las personas vienen a ser miembros de la iglesia por la confesión voluntaria e individual de fe en Jesucristo.
Afirmamos que la Biblia es la suprema y máxima autoridad en materia de fe y conducta y no tenemos ningún otro documento sobre la Biblia que nos dirija en nuestra vida cristiana.
Afirmamos que toda persona tiene el derecho de tomar sus propias decisiones respecto a su relación o no con Dios. Nadie puede decidir ni imponer en este aspecto.
Afirmamos la interacción y asociación con otras congregaciones bautistas para alcanzarlo propósitos del Reino. Afirmamos al mismo tiempo la capacidad y autoridad de cada iglesia local para decidir sus asuntos. Este es un solo principio y no dos diferentes.
Para poder hacer la voluntad de Dios, la iglesia no puede estar sujeta a los poderes de este mundo. Afirmamos que el estado no puede intervenir en los asuntos religiosos ni la iglesia en los de gobierno.
Cada congregación local tiene la autoridad de gobernarse a sí misma, sin intervención de ninguna otra autoridad, sea eclesial o gubernamental.
Significa que cada persona creyente tiene la capacidad de relacionarse con Dios directamente, sin intervención de sacerdote (todos y todas somos sacerdotes) y tiene la responsabilidad de ser sacerdote para otras personas.
Ser una iglesia que busca la verdadera comunión con Dios a través de un cambio.
Conducir al necesitado a los pies de Cristo por medio del amor, amistad y servicio.
La Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados y es registro de la revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. Es un perfecto tesoro de instrucción divina. EI autor es Dios, su fin la salvación y su asunto es la verdad sin ninguna mezcla de error.
Revela los principios por los cuales Dios nos juzga; y por tanto es, y será hasta el fin del mundo, el verdadero centro de unión cristiana y la norma suprema por la cual toda conducta humana, credos y opiniones religiosas deben ser juzgados. El criterio por el cual la Biblia ha de ser interpretada es Cristo Jesús.
Éxodo 24:4; Deuteronomio Josué 1:7; 8:34; Salmo 19:7-10; Salmo 105, 140; 2′ Samuel 23:2; Proverbios 30.5; Isaías 40:8; Jeremías 15:16; 361,2 Mateo 5:17, 18; 22:29; Lucas 21:33; 24:44-46; Juan 17:17; 12:48; Hechos 1:16; 17:11; Romanos 2:16; 15:4; 16:25-27; 2′ Timoteo 375-17; Hebreos 1:12; 4:12; P Pedro 1:23-25; 20 Pedro 1:19-21; Apocalipsis 22:18,19.
La Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados y es registro de la revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. Es un perfecto tesoro de instrucción divina. EI autor es Dios, su fin la salvación y su asunto es la verdad sin ninguna mezcla de error.
Revela los principios por los cuales Dios nos juzga; y por tanto es, y será hasta el fin del mundo, el verdadero centro de unión cristiana y la norma suprema por la cual toda conducta humana, credos y opiniones religiosas deben ser juzgados. El criterio por el cual la Biblia ha de ser interpretada es Cristo Jesús.
Éxodo 24:4; Deuteronomio Josué 1:7; 8:34; Salmo 19:7-10; Salmo 105, 140; 2′ Samuel 23:2; Proverbios 30.5; Isaías 40:8; Jeremías 15:16; 361,2 Mateo 5:17, 18; 22:29; Lucas 21:33; 24:44-46; Juan 17:17; 12:48; Hechos 1:16; 17:11; Romanos 2:16; 15:4; 16:25-27; 2′ Timoteo 375-17; Hebreos 1:12; 4:12; P Pedro 1:23-25; 20 Pedro 1:19-21; Apocalipsis 22:18,19.
La Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados y es registro de la revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. Es un perfecto tesoro de instrucción divina. EI autor es Dios, su fin la salvación y su asunto es la verdad sin ninguna mezcla de error.
Revela los principios por los cuales Dios nos juzga; y por tanto es, y será hasta el fin del mundo, el verdadero centro de unión cristiana y la norma suprema por la cual toda conducta humana, credos y opiniones religiosas deben ser juzgados. El criterio por el cual la Biblia ha de ser interpretada es Cristo Jesús.
Éxodo 24:4; Deuteronomio Josué 1:7; 8:34; Salmo 19:7-10; Salmo 105, 140; 2′ Samuel 23:2; Proverbios 30.5; Isaías 40:8; Jeremías 15:16; 361,2 Mateo 5:17, 18; 22:29; Lucas 21:33; 24:44-46; Juan 17:17; 12:48; Hechos 1:16; 17:11; Romanos 2:16; 15:4; 16:25-27; 2′ Timoteo 375-17; Hebreos 1:12; 4:12; P Pedro 1:23-25; 20 Pedro 1:19-21; Apocalipsis 22:18,19.